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Al Vero Girarrosto Toscano, Roma

  • Foto del escritor: Abelardo Alvarado Alcántara
    Abelardo Alvarado Alcántara
  • 13 sept 2021
  • 2 Min. de lectura

Actualizado: 26 jun 2023


Situado justo frente a la muralla romana -que esconde del otro lado los maravillosos jardines de la Villa Borghese- y a unos pasos de la Porta Pinciana, encontramos uno de los restaurantes más típicos y emblemáticos de Roma: Al Vero Girarrosto Toscano. Un lugar de enorme tradición y no menos sabor, que data de finales de los años 60, y que desde entonces ha servido la mesa de diplomáticos, celebridades, personajes de la política y de tantos romanos ávidos por disfrutar de su inigualable cocina.


El lugar no puede dejar de transportarte a través del tiempo. Desde su entrada, bajando por sus escaleras de madera, ya estás inmerso en una época distinta. Entrando a sus salones podemos apreciar paredes perfectamente decoradas con fotografías de sus muchos visitantes distinguidos, así como reconocimientos y bellas pinturas, rematado todo por sus hermosas bóvedas y cúpulas.




Su carta es variadísima, aunque por supuesto destacan los platillos salidos del horno y las brasas. En las entradas hay dos favoritas: El Prosciutto di Parma con melone y, para 2 o más personas, el Grand Antipasto del Girarrosto, con una variedad de quesos, embutidos y otros ingredientes de temporada. Ambos son una excelente opción.



Para quienes prefieren una sopa caliente los Tortellini in brodo y el Consomme al Porto son una delicia, en especial para esas noches romanas frías o de lluvia. La pasta también es digna de mención, yo prefiero en particular la Carbonara, aunque aquí podemos encontrar todas las variedades clásicas y cualquiera de ellas es garantía.


Después, como ya mencionamos, los platos fuertes son la joya de la corona: hay para todos los gustos. Los camarones y los calamares no decepcionarán a nadie, pero lo mejor de esta cocina, lo que le ha dado fama y renombre, es su parrilla. Y aquí me voy a atrever a sugerir uno solo de sus platillos, y no porque los demás no sean exquisitos, sino por su extraordinario sabor que lo hace único: Costolette d’abbacchio scottadito, el costillar de cordero a las brasas. No hay nada mejor, este banquete vale una visita desde cualquier lugar del mundo.


En cuanto a sus vinos, se ofrece una carta variada, tanto de tintos como de blancos, particularmente de la Toscana. Igualmente hay una buena oferta de coctelería, destilados y un carrito de digestivos con todo lo que uno podría apetecer para cerrar la mesa.


Para el dulce hay varios postres muy recomendables: desde un tradicional gelato o una copa de fruta hasta el favorito de la casa, el Tiramisú.


Para terminar, debo mencionar algo muy importante: su servicio es impecable, lo que hemos llamado “la vieja escuela”. Todo el personal, desde la recepción, es sumamente atento y siempre con el afán de hacer nuestra estancia lo más cómoda posible. Sabemos que en ocasiones los romanos parecen un poco “rudos”, pero aquí impera la amabilidad y cortesía.


Al Vero Girarrosto Toscano resulta una visita indispensable para cualquiera que desee degustar lo más romano de la cocina de esta ciudad. ¡A disfrutar!


Viviendo el arte de cada momento

Abelardo Alvarado Alcántara



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